La aparición del SARS en China ha cambiado muchas cosas, incluso la forma de celebrar una boda. El período transcurrido entre mayo y junio de cada año es el favorito de los jóvenes chinos para casarse. Pero en el año 2003, muchos novios tuvieron que enfrentar una gran dificultad: cómo festejar su boda. Médicos y enfermeras postergaron sus fechas de matrimonio, y otros se casaron cuando terminaron su trabajo. Finalmente solo una décima parte de los que planificaron casarse pudieron hacerlo.
Aunque no hubo fiesta ni estuvieron presentes sus familiares, gran cantidad de parejas se dieron por satisfechas al poder contar con las felicitaciones de sus jefes y compañeros de trabajo. A pesar de que no tuvieron la oportunidad de lucir sus trajes de boda y sólo llevaban el uniforme de enfermera o la ropa de uso diario el día que contrajeron nupcias, los novios consideran que sus matrimonios tuvieron una gran significación. Expresaron que después de casarse, seguirían luchando contra el SARS y curando a los enfermos.
Es bueno aclarar, que los recién casados se despidieron al día siguiente de la ceremonia, para marchar junto a sus colegas del hospital designado para los enfermos del SARS.
Pero no sólo los profesionales se casaron de manera diferente, pues otros también lo hicieron. Un cambio muy interesante, por ejemplo, fue el de utilizar la Internet para la celebración de tan señalada fecha.
Al ver que en los periódicos se aconsejaba no celebrar bodas tradicionales, las parejas compraron o alquilaron cámaras de video digital, para comunicarse por esa vía y dejar constancia fílmica del día de su boda. Ante la cámara, los novios se expresaron su amor el uno al otro, agradecieron a sus padres por ayudarlos a salir adelante, e hicieron brindis por sus familiares y amigos.
Después de editar todo lo grabado, los novios lo pusieron en su propia página web. Sus seres queridos pudieron ver la boda en la red, y llamaron a la pareja por teléfono para felicitarla. Incluso, hubo navegantes de la red que entraron a su sitio web por casualidad, y al saber la grata noticia, escribieron frases de felicitación en la cajuela de mensajes.
Otras parejas alquilaron, por ejemplo, los servicios de la televisión, para hacer como una especie de programa interactivo, en el que presentaron su boda. Con el micrófono en la mano, contestaron en vivo las preguntas formuladas por sus familiares, que se encontraban tanto dentro como fuera del país.
Además de mandar mensajes o e-mails de felicitación por Internet, los familiares y amigos también los llamaron por teléfono para compartir uno de los momentos más alegres de sus vidas. Otros, pidieron a la radio que transmitiera una canción especial, para expresarles a los novios sus más sinceras felicitaciones. Gracias al desarrollo de la tecnología informática, los recién casados pueden mostrar sus fotos electrónicas y videos. Y no sólo eso, incluso pueden interpretar canciones por Internet, para hacer más animada la boda.
No se imaginaba que existieran tantas posibilidades, o mejor dicho, no se se hubiese ocurrido que se pudieran poner esas posibilidades en función de una boda. Hace 5 años, creo que nadie pensaba casarse por Internet.
Eso no sólo se debe al SARS, sino que también es reflejo del progreso social y tecnológico. Pero, la neumonía atípica sólo afectó a Beijing unos tres meses, un tiempo muy corto. Luego del levantamiento por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el día 24 de junio, de la advertencia de no viajar a nuestra capital a menos que fuera necesario, y de eliminarla de la lista de lugares afectados por el SARS, las bodas han vuelto a organizarse normalmente, y cada semana se celebran montones de ellas. En fin, a pesar de que las modalidades aplicadas a la hora de contraer matrimonio han cambiado -muy en concordancia con nuestros tiempos- la alegría que sienten las parejas, lo significativo e inolvidable del momento, así como el cariño de los familiares y amigos hacia los recién casados, siguen siendo los mismos. Ha cambiado la forma, no la esencia.
(CRI)
